Permanencia de las Bibliotecas Independientes.

Santiago de Cuba/ Lic. Guillermo Espinosa Rodríguez/ www.lavozdeoriente.com El año 1998 fue clave en la oposición en cuba. Estuvo en Cuba de visita, su santidad el papa Juan Pablo II. En este año se concretaron algunos proyectos que por su naturaleza e importancia llegaron a enloquecer al gobierno y a la policía política cubana.

La ruptura del bloqueo informativo tuvo su inicio en las Bibliotecas Independientes al ocurrir una interacción con el pueblo a pesar de las constantes amenazas.

Las Bibliotecas son centros culturales independientes que promueven la literatura sin censura. No solo se llevan a cabo préstamos de libros sino que tienen lugar tertulias, concursos de pintura y talleres.

El 3 de marzo de 1998 se inicia este proyecto y algunas de las primeras: Biblioteca Félix Varela, en la ciudad de Las Tunas, tomando como premisa declaraciones de Fidel Castro, en la feria del libro de ese mismo año: “en Cuba no hay libros prohibidos”.

Escritores cubanos como Carlos Alberto Montaner y Guillermo Cabrera Infante no son publicados en editoriales cubanas.

En sus inicios el proyecto gozó de la simpatía de amplios sectores, teniendo en cuenta su alcance, lo novedoso y la curiosidad de vecinos, que aunque asustadizos, apostaban por descubrir cada historia hallada en libros únicos, no encontrados en los recintos oficiales.

Es cierto que no pocos bibliotecarios independientes carecían de experiencia en esa profesión y muchos no sabían cómo organizar los libros pero poco a poco obtuvieron una capacitación que les permitió presentarse ante el mundo como una opción efectiva para romper con el muro de mentiras construido por el régimen.

Una de las primeras Bibliotecas Independientes fundadas en Santiago de Cuba fue la de “Frank País García”. Y si de Bibliotecas se trata entonces no podemos olvidar a una de sus Decanas: la valiente luchadora: Alina Ramírez Carbonell, quien en su lecho de muerte dijo: “Yo muero con las botas puestas”.

Ni siquiera el mayor acoso de la Policía Política ha podido destruir a las Bibliotecas Independientes en Cuba, sino que por el contrario éstas exhiben una permanencia y se han multiplicado, estando al alcance de jóvenes y adultos en la comunidad.